domingo, 5 de diciembre de 2010

CONTAMINACION BACTERIANA EN AGUAS RECREACIONALES FACTORES INTERVINIENTES

El uso de los recurso hídricos para fines recreativos, plantea problemas si se tiene en cuenta que
es precisamente en los asentamientos de máxima concentración poblacional e industrial donde
surgen los mayores requerimientos de medios de esparcimiento por parte de una población
siempre creciente.
Los balnearios son cuerpos de agua en creciente demanda y tienen una reconocida importancia
social y económica. Una de las necesidades básicas, es el derecho a la recreación y los
balnearios públicos son una alternativa para la población, especialmente aquella de menores
recursos económicos.
Cabelli, define a los criterios de calidad de agua de uso recreacional como una "relación
cuantificable entre la densidad de un indicador en el agua y el potencial riesgo para la salud
humana que supone el uso de aguas recreacionales".
Todo intento de evaluar la calidad de un cuerpo de agua determinado se vuelve imposible si
previamente no han sido fijados el o los usos a los cuales está destinado dicho cuerpo de agua.
La experiencia general a nivel internacional ha demostrado que para lograr mantener el nivel de
calidad adecuada a los fines de recreación, los resultados obtenidos mediante un riguroso control
de las descargas ha sido mas efectivo que los obtenidos de las especulaciones sobre el poder
autodepurador de los cursos receptores.
Los datos con que se cuenta en la actualidad, indican que en los países templados el peligro de
que los bañistas contraigan una enfermedad transmitida por el agua es mucho menor de lo que
hubiese podido temerse, pero en zonas tropicales, donde estas enfermedades son ya endémicas y
la proporción de portadores es muy elevada, constituye aún un enigma que exige la realización de
nuevas investigaciones.
La mayoría de los investigadores han acordado que la calidad bacteriológica del agua para
bañarse no necesita ser tan alta como para beberla, pero que la primera debería ser mantenida
razonablemente libre de bacterias de conocido origen patógeno en aguas residuales.
Sin embargo, habría algunas razones para determinar ciertos criterios bacteriológicos en aguas
para bañarse, basados en la probabilidad de infección. Ciertamente esta probabilidad existe,
especialmente en piscinas para nadar y agua dulce natural donde algo de agua podría ser
ingerida.
Las denominadas "normas internacionales" para aguas recreacionales (en el sentido de que sean
aplicables a todos los balnearios del mundo) no son tales, ni siquiera son seguidas por aquellos
países que tienen un nivel de desarrollo similar. Las mismas fueron establecidas para cuerpos de
agua sujetos a descargas puntuales de efluentes cloacales; no son válidas, por ejemplo para
aquellos ambientes sujetos a fuentes dispersas. Estas fuentes también pueden representar un
riesgo para la salud, pero no hay todavía investigaciones específicas (con respecto a la
aplicabilidad de esos estándares), quizás debido a la dificultad del control y seguimiento de este
tipo de aporte.
En nuestro país tampoco hemos desarrollado un criterio propio (nacional o regional), habiéndose
adoptado el de otros países. A pesar de que, en las mismas directivas de la Comunidad
Económica Europea se aclara que no deben aplicarse en otros países sin haber realizado estudios
específicos.
Las enfermedades infecciosas causadas por bacterias, virus o protozoarios patógenos, son el
riesgo para la salud más común y difundido que lleva consigo la ingestión del agua contaminada.
Si bien los brotes de origen hídrico más numerosos y graves que han sido notificados se deben al
consumo de agua de bebida, se han registrado además varios casos donde las aguas
recreacionales protagonizaron un papel importante en la transmisión de dichos agentes
patógenos.
Son numerosos los gérmenes patógenos que pueden transmitirse al hombre a través de la
utilización con fines recreativos de aguas dulces y saladas susceptibles de contaminación por
aguas residuales.
Durante la natación y otras actividades recreativas en las cuales hay una ingestión involuntaria de
agua, se incrementa el riesgo de enfermedades gastrointestinales.
En muchos casos se ha encontrado evidencia epidemiológica digna de confianza de que las
infecciones microbiológicas han sido diseminadas por el contacto con el agua contaminada. En
contraste con los años pasados, en la década presente alrededor de la mitad de los brotes de
gastroenteritis fueron atribuídos a parásitos protozoos: Giardias y Cryptosporidium.
Santa Fe y Santo Tomé tienen balnearios urbanos de importancia social, representan un escenario
de óptimas ventajas para una de las necesidades sociales básicas como es el derecho a la
recreación, detalle de tan ponderable gravitación como recurso terapéutico para el manejo de la
salud en una sociedad enfrentada a soportar tensiones físicas e intelectuales que genera el diario
vivir del tiempo presente. Los balnearios públicos urbanos son además la alternativa para la
población de menores recursos económicos.
Teniendo en cuenta los resultados de los muestreos obtenidos en la última década, la severa
alteración provocada en la calidad del agua, la cantidad de bacterias detectadas (coliformes
totales y termotolerantes) que exceden el límite recomendado por los expertos europeos junto con
la O.M.S. para aguas recreativas, son hechos que atentan directamente contra la salud y la
calidad de vida de los pobladores de la zona. Estos balnearios periódicamente resultan
clausurados en función de los índices de calidad bacteriológica.

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